
Algunas de vosotras ya sabéis que una de mis grandes pasiones son las muñecas. Tengo muy pocas, pero son muy especiales para mí, y cada una de ellas cuenta una historia. Unas porque me las han regalado, otras porque han sido difíciles de conseguir.
Dorle estaba en una tienda de juguetes donde la tenían totalmente olvidada en una caja. Hablando con el señor de que me gustaban las muñecas Götz, me dijo que tenía una. Me la enseñó, y me impresionó muchísimo, parecía una niña de verdad, pero aquel día no me decidí a llevármela a casa.
Poco después me la regaló mi marido, y la tengo en mi habitación. Es una de mis favoritas.
Las muñecas Götz tienen algo especial.